martes, 24 de septiembre de 2013

Maldito vicio eres

Maldito vicio eres.

Maldito vicio de besarte, de tenerte, de abrazarte.

Maldito vicio de querer siempre estar contigo, a tu lado y tú al mío.

Maldito, maldito y dulce vicio que eres, que somos, yo éxtasis, tu chocolate, tu al probarme explotas en un mar de besos incansables y al probarte yo, me sumerjo en la parte mas dulce de tu boca.

Maldito vicio que, al no poder saciarlo, quiero incluso más, más de ti, de tu boca, de tu cuello, de tu pelo, de ti en general.

Maldito vicio del que no me quiero desprender.

Maldito vicio el verte venir de lejos, o el aparecer de pronto a tu lado y sin que te des cuenta, para asustarte y calmarte con un solo beso.

Maldito vicio de acompañarte a casa y volverme contigo en la cabeza.

Maldito vicio de hablarte hasta cuando no me escuchas, de que contestes por mí, de contestar lo mismo y a la vez.

Maldito vicio de pensar, de saber, que somos iguales aun siendo tan diferentes y aun estado tan distantes.


Maldito vicio tu olor, y tu forma de ser, maldito vicio tú, entera y solita para mi.

martes, 10 de septiembre de 2013

sábado, 7 de septiembre de 2013

Cadena de Favores

Bueno gente, hoy es un día lluvioso, como casi tos los días de esta semana, y como aun estoy en Xeraco y aquí hay poco que hacer si llueve, me he propuesto contaros una de las múltiples experiencias que he pasado este verano. No es una historia rara de esas que dices meeekaaaa!!, más bien son unas serie de coincidencias que yo uní y a las que les intenté dar un significado. Consta de dos partes y una reflexión final así que allá vamos.


Hace como aproximadamente dos semanas nos encontrábamos, una noche más, en la playa unos amigos y yo. Como de costumbre, nos separamos los tíos y las tías para hablar de nuestras cosas. Yo me fui con Edu y con Ivan, de los cuales os hablaré otro día, si eso, y mientras Almu se quedó con Laura y con alguien más, si mal no recuerdo.
Ellas se quedaron tiradas en la toalla, mientras que nosotros caminamos por la playa hasta encontrar una especie de barca dada la vuelta, la cual usamos de banco. Allí nos sentamos.
Empezamos a desvariar, como siempre, y a contarnos historias entre nosotros. Edu, el cual es un excelente narrador (si me deja algún día haré algo de una historia suya), es un fumador empedernido y como no, en ese momento estaba fumando.

La cosa es que al poco tiempo de llegar allí, Edu se encendió un cigarro y acto seguido se empezaron a acercar dos chavalas desde la orilla hacia nosotros. De lejos no estaban mal, y realmente tampoco lo estaban, solo que una de ellas era un poco gorda y la otra era su amiga maja. En un principio creíamos que querrían nuestro WhatsApp o algo de sexo, pero solamente querían fuego.
Edu, evidentemente se ofreció para dárselo, pero les dijo en plan coña que solo se lo daba si le daban lo que él llama un piti industrial, que viene siendo un piti que no es de liar, de estos de la cajetilla.  La chica encendiéndose uno de estos pitis nos dijo que no tenía más que ese y Edu para no quedar mal les dijo que era coña. Las chicas nos agradecieron el fuego y se volvieron por donde habían venido.

Cuando estas estaban a una distancia prudencial se rompió el silencio para dejar paso a una serie de insultos e improperios hacia su persona. “ Puta gorda, viene aquí con un piti industrial y tiene la cara de decirme que no tiene más”, “seguro que los tiene escondidos entre sus tetas de gorda” etc, etc, etc…
Una vez se nos acabó el repertorio de insultos, volvimos a empezar a soltar gilipolleces y a contar otra vez anécdotas.
Al poco tiempo, vinieron de nuevo las dos chiquillas y alguien soltó algo parecido a “ya viene la gorda otra vez”. Venía con un piti en la mano y pensábamos que venía a gorronearnos el mechero de nuevo, sin embargo cuál fue nuestra sorpresa cuando alargó la mano y le dio a Edu el valioso piti industrial.
Evidentemente le dimos las gracias y ellas se marcharon sonriendo, con la satisfacción de quien acaba de hacer una buena acción.

La cara de gilipollas que se nos quedó a los tres era de foto.

Habíamos estado insultando a las pobres chiquillas diciendo que si no querían darnos un cigarro o que si ese truco nos lo sabíamos todos y justo llegan y nos lo da con toda la alegría del mundo. Nos sentimos como tres mierdas encima de una barca.

Después del bajón empezamos a hablar sobre los prejuicios y Edu terminó por ilustrarnos con una de sus fantásticas historias.


Esta es la primera parte de la entrada, en la que tres gilipollas dan fuego a unas chavalas y se meten con ellas solo porque no tienen un cigarro, pero se llevan un chasco.


La segunda parte de la historia consta de dos protagonistas, uno de los cuales era yo, está claro. El otro era Iván, uno de los otros dos colegas que estaban conmigo el día de la barca.
A estas alturas del verano, Edu ya se había ido y esa era la última noche de Iván.
Estábamos tranquilamente, de jajas, en un banco en mitad de Xeraco observando a la gente que pasaba y soltando los típicos “imaginate que vamos y…” que sueltas cuando no tienes nada mejor que hacer.

El caso es que había una panda de chavalillas sentadas en un banco a unos pocos metros de nosotros que, minutos antes le habían preguntado a Iván si él era de Benifayó, que es el pueblo donde vive mi amigo. Nosotros las mirábamos, como el que mira al pasado acordándose de cómo eras cuando tenias 15 años, o por lo menos así las miraba yo, no sé qué haría Iván.
La cosa es que tres de ellas se levantaron del banco y caminaron hacia nosotros con el andar despreocupado del que va a pedir algo, sin tener contacto visual hasta el final, para que el que es pedido sea asaltado por el pedidor y no tenga tiempo ni recursos para buscar una escusa.
Yo suponía que vendrían hacia nosotros por algo, pero no me imaginaba que podría ser, sin embargo le di ligeramente con el codo a Iván y este apagó a Green Valley del móvil.
Una de las chicas hizo de portavoz y con una vocecilla de niña buena nos preguntó si teníamos un cigarro. Nosotros pensando que no sabrían liar les dijimos que no y que lo sentíamos. Ellas se dieron la vuelta tras decirnos que no pasaba nada y darnos las gracias igualmente.

Al rato Iván y yo, recordando a Edu, nos acordamos del día de la playa que acabo de contaros y empezamos a elucubrar.

Iván tenía tabaco de liar y papel en la mochila y después de hablar sobre si lo debíamos hacer o no, decidimos hacerles un cigarro a las pobre chiquillas. La cosa era que nos liaríamos uno cada uno y que el que mejor lo liase se lo daría a las chavalas y quedaríamos como los putos amos. Y asi fue. Evidentemente, como yo soy un liador pésimo fue Iván quien tuvo el placer de darles el cigarro a las chicas y se quedó con la patata que yo acababa de hacer.

Nos levantamos con el fin de ir al chiringuito, en donde encontraríamos a unos colegas, no sin antes pasar por el banco y darles el cigarro.
Comenzamos a andar con el paso de quien sabe que va a hacer una buena acción, evidentemente sin mirar a nuestras victimas, hasta que llegamos allí e Ivan se les acercó hablando en valenciano mientras yo le esperaba en la retaguardia.
Les dijo algo parecido a “¿Os vale con tabaco de liar?” a lo que ellas respondieron que si.
Se lo dio y nos marchamos de allí imaginándonos sus caras mientras se oia tras nosotros “O Dios que puto amo” en valenciano.
Nuestros andares de Fuck Yeah nos delataban. Estábamos orgullosos de lo que acabábamos de hacer, no por el hecho de darles un poco de tabaco a las niñas, sino porque lo que acabábamos de hacer  hacia que la cadenas de favores siguiese. A nosotros dos amables chavalas nos habían ofrecido un cigarro tan solo por tener fuego para ellas, y ahora nosotros habíamos hecho lo mismo por otras chavalas, gente completamente desconocida y a quien probablemente no íbamos a volver a ver nunca más, pero por quien habíamos hecho algo bueno (si es que dar un cigarro a unas chavalas se puede clasificar dentro de lo bueno).


Y es aquí donde empieza mi rayada personal, ¿no sería genial que las chicas las cuales nos pidieron fuego, hubiesen pasado por nuestra misma situación y alguien hubiese venido desde la comodidad de su banco sin querer nada más que la satisfacción de hacer algo por otra persona? Y es más, que nosotros hayamos continuado con la cadena dándoselo a estas chicas y quién sabe si estas le habrán pasado ya el relevo a otro grupo de chavales. Es algo parecido a lo que pasa en la película Cadena de favores. Sería bonito que el mundo funcionase así ¿verdad?

Por cierto, en lo que he escrito esta historia ha salido el Sol :)

jueves, 5 de septiembre de 2013

Respira

Respira, relaja tu cuerpo y túmbate tranquila, nota como el aire te pega el pelo a las mejillas, cierra lentamente los ojos, siente como te pesan los parpados.

Ahora sueña, piensa en ti y en mi, los dos solos, alejados del mundo, sin nadie más.

Vuelve a respirar, coge aire y suéltalo lentamente. No abras los ojos, mantenlos cerrados.

Siente como tu piel se estremece con el roce de mis dedos. Estos llegan hasta tus labios y se posan en ellos. Allí se quedan, quietos, inmóviles, hasta que mis labios les den el relevo.

Sigue soñando, pero no te despegues de mi, que yo tampoco lo haré, solo quédate quieta y sueña, sueña conmigo y contigo, los dos, alejados del mundo, solos, sin nadie más.


Vuelve a coger aire, abre los ojos. No hace falta que sigas soñando, solo siente que estamos tu y yo, solos, alejados del mundo, sin nadie más que nos impida soñar.


Dedicada a mi Pupete por este verano que me has hecho pasar y por los que me harás pasar.

Campello 2013

Hoy, dia 27 he llegado de Campello, un pueblecillo cerca de Alicante, en el cual he estado con 4 de mis mejores amigos, el famoso Chelu, Oscar alias WarCry, Javi (mi premoh) y la gran Maria, que la verdad es que estaba allí, por que la casa era de sus tíos y bueno nos la tuvimos que llevar jajajaaja. Es broma tonta, no te enfades.

Pero en realidad no soy yo el que ha tenido la suerte de estar allí con todos ellos, sino ellos de que han podido disfrutar de una estancia de 5 días y apenas dos noches, en una fantástica casa a 19 segundos de la playa y sobre todo de la experiencia que es vivir con un ser tan poco capacitado para vivir en sociedad como soy yo; pero me da la impresión de que se lo han pasado bastante bien.

Aunque no todo han sido risas y días de playa, pues una de las chicas con las que íbamos a ir, no pudo venir, pues tras comprar el billete, suspendió la selectividad, y se quedó en Madrid con la esperanza de que le subiesen como 3 puntos de media... cosa que en mi opinión fue una tontería, pero quien soy yo para juzgar a la gente y para decir quien hace las cosas bien y quien mal. Lo hizo mal...

Bueno, en realidad si que fueron todo risas y cuerpos rojos por el sol y sobretodo quemaduras de tercer grado por las hogueras.

En los siguientes párrafos os contaré lo que han sido mis 5 días y lo que hicimos con ellos alli, en la jurisdicción del surtidor, pero tranquilos, que si esto os aburre, os dejo en los comentario un vídeo muy bueno de un mono masturbándose con el que podréis disfrutar infinitamente mas que leyendo este blog. Ale ayá voy.

Cogimos el AVE el dia 22 sobre las 10 de la mañana, o eso decía el billete, pues hasta y media no se movió alli ni el tato, pero por lo menos, a mitad de trayecto, nos comunicaron que podríamos pedir un tanto por ciento del precio total del viaje por el retraso y bla bla bla.
En ese tren íbamos Chelu, Maria, Óscar, mi guitarra y yo con nuestras respectivas maletas, la mia llena de ropa que no me llegué a poner y sobre todo apuntes, Siii, apuntes recién salidos de mi habitación esperando a ser quemado a los dos días en las playas de Campello.

Esperábamos que el viaje fuese un coñazo, pero dio la casualidad de que nos pusieron una peli que se llama la Vida de Pi, que va de un niño que naufraga por que es indu y nadie le quiere, y está en el bote salvavidas con un tigre de bengala al que adiestra mas que nada para que no se lo coma. La peli no estuvo mal por lo que no se nos hizo muy largo, por lo menos a mi.

Según nos acercábamos al mar, al señor Oscar se le ponían los ojos mas y mas rojos, fruto de una alergia nueva que nadie conoce a la que yo he dado nombre, WarCracismo, y la cual consiste en que cuanto mas cerca está de una playa, mas rojos se le ponen los ojos. Se le ponen, para los que frecuentan las raves, como si se hubiese metido dos rayas, cuatro porros y un tampon lleno de vozka, su PreMoH...

Cuando llegamos, el sentimiento de euforia que sentía era directamente proporcional al color de los ojos de Óscar, por lo que no podía parar de hacer fotos y vídeos a todo, hasta hablaba con las viejas de la calle y corría esquivando los coches para hacer fotos a las fallas que habían por la calle, una de las cuales es, perdón era, por que alli en valencia les da por quemar todo, igual que la careta de Crash Bandicoot.



Esperamos al señor autobusero en la parada, oviamente, hasta que llegó nuestro querido numero 21, un autobus interurbano, si mal no recuerdo, que pasaba por todos los pueblecillos costeros, como San Juan, Campello y no me se más... Lo mas raro de todo esto es que me pase todo el tiempo que estuvimos en la parada mendigando dinero suelto para coger el bus, pues solo llevaba 2€ y un billete de 50 y normalmente no suelen tener cambio de billetes mas grandes que de 10. Pero cual fu mi sorpresa cuando, después de suplicar a María por unos miseros céntimos, el señor del autobús me dijo que costaba 1,45€.
Me quedé en plan, estas de coña no?? Osea, el día que fui a Torrejon a ver a Juan Magan, eso os lo contare otro día, me costo desde Canillejas 2,50€ y ¡¿me estas diciendo que aquí cuesta menos que el autobús normal?! Estaba indignado, asi que me limité a pagar y a dejar mi maleta cerca de las bolsas de los negros playeros que venden pareos, bolsos guchi y gafas reiban, y me agarre a la barra para no caerme.

Alli estabamos, en un autobus de Alicante, toda una aventura, viendo desde lejos como los ricos limpiaban las cubiertas de sus yates en el puerto y como las niñas que paseaban vestidas de falleras, se deshidrataban poco a poco.

Al fin llegamos a nuestra parada y Chelu no los hizo aun mas gráfico con un, "ha llegado a su destino".

Bajamos, y la humedad del aire nos inundó los pulmones, pero nos daba igual estábamos en la playa y habíamos viajado hasta allí con una misión, buscar guarras.

Subimos las maletas y esperamos a Javi, que tras 4 horas de autobús y de estar aguantando a niños moros gritando en arameo, venia de Miramar. Hicimos el reconocimiento de la casa. Todo en orden: nevera, dos baños, colchones a prueba de niños epilépticos y una buena vista al mar.

Llegó mi premoh y acto seguido nos fuimos a comprar, primero al Consum y luego al Mercadona, ya que el Lidl estaba cerrado por obras. Calor, calor y más calor.

Compramos lo necesario, pasta, huevos, leche, mas pasta, mas huevos, salchichas, pizza, hamburguesa, una sandia y refrigerios varios entre los que se encontraban: preparado de horchata, una garrafa de 5 litros de agua, lima, Ron Almirante pedo al instante, vino peleón, Vodka del mas barato y, por su puesto zumos y un par de litritos bien fríos para reponer electrolitros. Todo muy sano y sin rastro alguno de cualquier alimento de color verde.
Lo único parecido a verdura fue la sandia que compramos para picarla y hacer con ella cócteles de lima y vodka y las peras limoneras, las manzanas y los malacatones para hacer sangría, todo muy sano también.

Volvimos del Mercadona con un carro del Lidl, y subimos la compra a casa.
Una persona normal habría hecho algo rapido de comer con lo que habia comprado, pero nosotros no, nosotros nos pusimos a hacer espaguetis a las cuatro y media de la tarde y hasta que se hicieron nos dieron casi las 6, pero por fin comimos y me quedé dormido como un bebé, como todos los dias...

Desperté y bajamos a la playa a eso que se hace en las playas, tomar el sol, quemarte con la arena, mojarte los pies y entrar en el mar poco a poco hasta que llegas a la zona de riesgo (entre las rodillas y el ombligo) y despues de eso solo te queda meter la cabeza y chapotear un poco, o como hago yo, nadar haciendo la medusa hasta que cojo un poco de calor.
Mientras Javi y Chelu jugaban con una pelota de playa de frigo (que no es ni pelota ni nada, pues las pelotas de playa son ,única y exclusivamente de Nivea, no hay mas) maría y oscar encontraron un pez muerto y yo se lo di a Chelu con la idea de dárselo de comer a una gaviota, pero él lo espachurró, lo mató y se murió.

Tras sobrevivir a la hipotermia, nos fuimos a la piscina que parecía el hijo malformado del logo de Cuatro, pero que estaba infinitamente mas caliente que la playa.
Como no podía ser de otra forma, me puse a hacer mortales y a dejar en ridículo a los demás que simplemente se tiraban de cabeza, hasta que me entró agua en el oído y decidí que era la hora de subir a casa.

Pero ahora que lo pienso ¿Por que os voy a tener aqui media hora leyendo cosas sin sentido?
......
Y como no es lo mismo contarlo que vivirlo, aquí lo tenéis, 5 Días en Campello.

Pincha AQUI para descargartelo desde Mega


Pincha AQUI para ver al mono









Recién llegado

Bueno, ya ha llegado Septiembre y con ello mi llegada a Madrid, lo que significa que el verano a terminado oficialmente. Ahora lo que viene es una etapa en la que no han empezado las clases, pero el verano como tal ha terminado ya para mi.

Pero evidentemente todo lo bueno tiene que acabar para poder contarlo y hacer de ello algo mejor de lo que en su día fue.

Sinceramente, este ha podido ser uno de los mejores veranos de mi vida, si no el que mejor, pues primero me fui a Campello, después me fui de viaje con mi padre y mi hermano una semana a Madeira y seguidamente a Guardamar tres semanas, para terminar con un mes entero en mi querido Xeraco al que hacía ya dos años que no iba.

La verdad es que lo he pasado genial en todos lados y he conocido a gente alucinante, vamos lo que es un buen verano.

El problema es que tengo demasiadas cosas que contar y no se como lo haré, pues en cada sitio que he estado me han pasado cosas que merecen ser contadas, aunque nadie las lea después xD, y espero que no se me olviden y que en dos semanas como mucho haya subido todo lo que quiero.

Lo primero que subiré será un resumen de lo que fue Campello, y seguidamente algunas de las cosillas romanticonas que le gusta leer a la gente y que me decían que ya no solía escribir, pues bien, he vuelto.