Rebeca regresó del baño justo en el momento en el que Jarris
decidió que esta, sin duda, tenia que ser su Buenamadre.
Pidió la cuenta al camarero, pagaron a medias, ya que Rebeca
defendía que el rol de que el chico pagase, era un paso a tras en la lucha de la
igualdad de géneros que ella defendía, cosa que a Jarris le vino bastante bien
ya que estaba pelado, así que pagaron y dejaron la cafetería atrás.
Llegó el momento de irse a casa y Rebeca le preguntó como
había llegado a Sol.
-He venido en metro – respondió Jarris.
-¿Queres que os lleve a casa?
-No hace falta, si tengo el abono transportes.
-Que no, dejame que te lleve como agradecimiento a esta
tarde tan maravillosa.
Jarris aceptó, ya que no podía resistirse a esos ojos verdes
y al acento argentino que le engatusaba como el canto de una sirena.
Volviendo al coche, Rebeca le pregunto:
-¿Donde vivís?
-¿Te suena VillaBong?
-¡Que si me suena!- respondió ella entusiasmada- pero si vivo
allí.
-Me estas vacilando- dijo Jarris- ¿en que parte vives?
-En VillaBong alto ¿sabes donde esta la biblioteca María
Moler?
-Hombre por su puesto, no habré pasado yo tardes allí-
mintió Jarris
-¿Conoces al Pruden?
-¿Al yonki? Pues claro, anda que no habremos pasado buenos
ratos comiendo uvas (esto lo explicare otro día)
-Pues es mi vecino- dijo ella
Conversaron de diversos temas hasta que llegaron a VillaBong en donde Rebeca dejó a Jarris.
-Bueno, ya hemos llegado- dijo ella
-Si, ya lo veo- contesto él deseando no bajar del coche
-Me lo he pasado muy bien- dijo Rebeca mirándole a los
ojos.
-Si, yo también. Bueno pues nada, me voy...- dijo el contra
su voluntad.
Jarris estaba abriendo la puerta cuando Rebeca le dijo.
-¿No me vas a dar un beso?-pregunto rebeca
-Eh? A si claro. Jarris se acercó con timidez a ella y le
dio un tierno beso en la mejilla.
-No, no, no- dijo ella mientras movía el dedo índice en
señal de negación.
Le cogió la cabeza y le plantó un beso en los labios.
En ese momento Jarris no sabia si le estaba dando un infarto
o si simplemente estaba muy nervioso por lo mucho que le ponía la argentina,
así que optó por tranquilizarse y seguir con lo que habían empezado.
Cuando terminó el largo beso, a Jarris no se le pasó por la
cabeza otra cosa que preguntar:
-¿Y esto?
-¿No te ha gustado?
-Eh? No, si claro, si lo decía porque no me imaginaba que
fueses tan lanzada...
-Me has conocido por Miting ¿no?
-Si claro.
-Entonces si los dos buscamos lo mismo ¿Por qué esperar?
-Tienes razón- contestó y esta vez fue él quien tomó la
iniciativa de besarla.
Después de que terminaran de magrearse, Jarris bajó del
coche y dijo:
-Bueno pues mañana quedamos y eso ¿no?
-OK, mañana me llamas eeee!!
-Si claro, por supuesto- dijo el pensando que sería de
tontos el no hacerlo.
Cerró la puerta y ella le lanzó un beso a través del
cristal.
Arrancó el coche de nuevo y se fue alejando por la calle.
Hipnotizado por el humo que salía del tubo de escape y, sin
hacer caso a nada que pasase a su alrededor, cruzó la calle sin mirar y...
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