Un día
más estaba nuestro gran amigo Jarris en el ordenador, cuando vio en el Twenty
Century Fox un comentario que decía lo siguiente: “Megaupload ha sido cerrado
por el FBI”.
En un
principio no le dio gran importancia, pero cuando el efecto del garrufo fue
decayendo, se dio cuenta de que si habían cerrado Megaupload, también habrían
cerrado Megavideo y por consiguiente habrían hecho lo mismo con Megaporn. En
ese momento toda su vida se vio reducida a la nada.
Lo
primero que se le pasó por la cabeza fue la cantidad de tiempo que había
perdido en esta página.
Reconsiderando
su vida y haciendo un repaso a su rutina consiguió, con grandes esfuerzos,
calcular las horas que había estado hipnotizado viendo videos de diversos
asuntos de su propio interés.
Al ver
las alarmantes cifras decidió dar un cambio radical a su vida, haría algo
impensable hasta ahora, algo que, como dice Hume, no puedes creer amenos que lo
veas.
Se
buscaría una Buenamadre.
(En
este momento es cuando vosotros, los lectores, os dais cuenta de la importancia
de esta palabra recordado la película protagonizada por Luis Tosar o la versión que hizo José Mota).
Continuemos.
Ya que
Jarris tenía la calculadora a mano no solo decidió hacer su proporción
pene-mano, sino que también calculó su media en novias.
Si
llevaba casi unos 4 años sexualmente activo y en esos 4 años solo habían pasado
por su cama 3 mujeres, y si sus matemáticas a nivel E.S.O no fallaban había
profanado una media de 0.75 mujeres por año, lo que le pareció un poco extraño
ya que el no solía acostarse con mutiladas.
Esa
noche la pasó leyendo su diario y viendo cuantas tías le habían dado calabazas.
Por cada tía que le había hecho la cobra, le había dado un guantazo o
simplemente le había dicho que no, le sumaba un palito a la última hoja de su
cuaderno.
A todo
esto le añadió una cifra estimada de las tías que le habían rechazado mientras corría
desnudo por las calles en fechas tan señaladas como Nochevieja, Carnavales o
Halloween.
Haciendo
la suma, con la calculadora claro está, de todos esos palitos se dio cuenta de
el elevado número de mujeres que le habían mandado a tomar por saco, nada más y
nada menos que 210 malamadres.
Sumido
en su eterna depresión se fue a dormir.
Critical
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