Los siguientes días a la vida de Jarris fueron de lo más
raro.
Se pasaba las tardes tirado en la cama empanado, esta vez
sin estar fumado, pensando en Rebeca y dibujando corazones; sólo podía pensar
en estar con ella, son esos momentos en la vida de todo hombre, en los que te
centrase una mujer y dejas que el tiempo pase lo más rápido posible para volver
a estar en su compañía.
Jarris estaba enamorado, y esta vez no le podrían denunciar
por acoso, tenía todo que quería y por lo tanto era feliz.
Estaba Jarris en la cama tirado, con los cascos puestos, y
abrazando a su peluche favorito, el típico del rasta con la camiseta de
Jamaica, los bombos africanos entre las piernas y la sonrisa de oreja a oreja
debido al porro que sujetaba con los labios, cuando de repente su madre
irrumpió su habitación:
-Jarris, venga a comer.
-Q’est que c’est madre, ¿como irrumpes así en mis
aposentos?-Dijo Jarris haciendo honor a su poliglotismo y a su culto lenguaje.
-Que ya está hecha la comida- dijo su Madre recogiendo la
ropa que tenia tirada por los suelos.
-Wiki, ahora voy-dijo, y en cuanto su Madre salió de su
habitación se levantó de la cama, dejó a Bobby, que así se llamaba su peluche,
tapado con las sábanas para que no se resfriase y fue avanzando hasta el
comedor arrastrando las zapatillas de andar por casa.
Empezaron a comer, hoy tenían espaguetis con bacon.
Abrumado por las penas que invaden a los enamorados, Jarris
no podía más que mover los espaguetis de un lado a otro del plato, igual que
hacen en las comidas familiares de las películas americanas.
Su Padre se dio cuenta de eso y preguntó:
-¿Te pasa algo J.J.?(Lo de JJ viene de Jarris Junior ya que
en su familia todos los varones eran unos Jarris)
-Nada Padre, es sólo que antes me he mirado debajo del
escroto y he visto que pone made in china ¿quiere decir eso que soy un intento
de ser humano compuesto de materiales malos y baratos?-Dijo Jarris intentando
escabullirse.
En ese momento su Padre entró en estado de shock.
-No le hagas caso-dijo su Madre al ver que Jarris senior se
había trastornado al oír el ingenioso comentario de su hijo-si qué le pasa
algo, está muy raro últimamente, es más, ese chiste llama le hizo la semana
pasada ¿Junior te pasa algo?
Al verse entre la espada y la pared Jarris no pudo más que
decir la verdad.
-Padre, Madre, gato, piqueras, he de deciros una cosa.
-¿No estarás embarazado?- dijo el gato
-¡Gato, calla!... estoy... ¿Mario enserio tengo que decir
esta moñada?
-Si- dije yo al ver que Jarris no quería soltarlo- eres mi
personaje y haces lo que yo te diga, y sino te lío con una gorda, o con un
travelo, o mejor con un travelo gordo y lleno de granos.
-Esta bien- dijo por fin Jarris- madre, padre estoy enamorado.
Jarris esperaba unos aplausos o algo parecido pero lo único
que se escuchó fue el continuo, tremebundo, espeluznante, estrafalario,
catastrófico y apocalíptico aullido de Pedro Piqueras en la televisión.
-Ah... pues ya sabes, si triunfas, capuchón- dijo su madre
mientras enrollaba los espaguetis.
-Ni caso hijo- dijo el padre- tu lo que tienes que hacer es
poner una hojita de perejil dentro del calcetín cuando vayas a frungir y para
mas seguridad unas gárgaras con vinagre antes del acto, son mano de santo.
-¿Estas seguro Padre?- pregunto J.J. dudoso
-Y tanto, mira yo con tu madre siempre lo hacia así y nunca
pasó nada, fue llegar el vecino nuevo ese frances, alto, rubio y fortote que nos
pidió aliño para la ensalada y aparecer tu, anda que menudo canalla que siempre
que venia de trabajar me lo encontraba en la la puerta de casa con tu madre y
siempre venía a por el vinagre, y claro sin los remedios caseros de la abuela la preñé... que cosas tiene la
vida ¿verdad?
Durante el breve lapsus de su padre Jarris comprendió por
que él era rubio mientras que su padre era pelirrojo y por que se le daba tan
bien el frances...
-Bueno hijo pues ya sabes precaución ante todo, no sea que
te peguen una gorrorrea, una sifilitis o un VHS de esos y te me vallas a quedar
tonto- dijo sabiamente su madre.
-Ains... recuerdo cuando conocí yo por primera vez a tu
madre, entonces era yo mendigo profesional de eso que cobraban 15 pesetas al
mes y con eso comia, bebía y no me duchaba por que la cosa estaba muy mal,
bueno pues el caso es que vino ella y me preguntó como podía ir a plaza de castilla...
-Si, y gracias a la dislexia selectiva de tu padre en vez de
coger el 103, cogí el 130, el yonkibus, hasta las barranquillas donde me lo
volví a encontrar y ahí surgió el amor.
La comida siguió con temas de poco interés, hasta que en un
momento dado el gato empezó con su “critica de la razón pura” y sus agravios
hacia Kant, quien decía que se la había copiado.
En medio del monologo gatuno, Jarris decidió que la
filosofía no era lo suyo y se levantó de la mesa.
-Padre, madre, Aristóteles (que así es como se llamaba el
gato), con vuestro permiso me retiro a mis aposentos- dijo Jarris y acto
seguido recogió su plato, lo dejó en la pila y volvió a su cuarto.
Que familia mas aburrida tengo- pensó Jarris- y encima el
puto gato que no se calla.
Se volvió a tumbar en la cama y se quedo sobado.
Otra vez estaba en un campo verde lleno de flores, animalitos
y ganja, y otra vez ese punto luminoso se acercaba a el, pero cual fue su
sorpresa que cuando ese punto se hizo mas grande no fue la figura de la Juli la
que vio sino la de su amada Rebeca, pero como siempre, otra vez más, la figura de
la chica mutó a la de un travelo que gritaba que le poseyese y otra vez la
extraña erección.
Despertó siendo ya las 8:30 de la tarde por lo que decidió
beber un poco de agua, mear, y empalmar la noche despertándose a la mañana
siguiente para ir al instituto.
By Martin
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