Maldito
vicio eres.
Maldito
vicio de besarte, de tenerte, de abrazarte.
Maldito
vicio de querer siempre estar contigo, a tu lado y tú al mío.
Maldito,
maldito y dulce vicio que eres, que somos, yo éxtasis, tu chocolate, tu al
probarme explotas en un mar de besos incansables y al probarte yo, me sumerjo
en la parte mas dulce de tu boca.
Maldito
vicio que, al no poder saciarlo, quiero incluso más, más de ti, de tu boca, de
tu cuello, de tu pelo, de ti en general.
Maldito
vicio del que no me quiero desprender.
Maldito
vicio el verte venir de lejos, o el aparecer de pronto a tu lado y sin que te
des cuenta, para asustarte y calmarte con un solo beso.
Maldito
vicio de acompañarte a casa y volverme contigo en la cabeza.
Maldito
vicio de hablarte hasta cuando no me escuchas, de que contestes por mí, de
contestar lo mismo y a la vez.
Maldito
vicio de pensar, de saber, que somos iguales aun siendo tan diferentes y aun
estado tan distantes.
Maldito
vicio tu olor, y tu forma de ser, maldito vicio tú, entera y solita para mi.
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